domingo, 30 de noviembre de 2008

Artículos periodísticos. 2

Una investigación sin precedentes para ingenieros marplatenses.

Idearon un sistema que reemplaza el mouse por un simple guiño ocular

A los 36 años, Marcelo Quinteros padece una enfermedad que le reduce progresivamente su capacidad motriz. Cuenta ahora con la posibilidad de utilizar diferentes aparatos electrónicos mediante señales oculares.

Sólo basta un guiño, con electrodos conectados cerca de los ojos y una pequeña caja con un visor -que muestra un cursor desplazándose por distintos signos ubicados en series de filas que van alternándose en forma secuencial- para liberar las manos y manejar perfectamente una computadora.
La vida de Marcelo Quinteros, un biólogo que a los 36 años padece Síndrome de Motoneurona Inferior (enfermedad progresiva que reduce paulatinamente sus capacidades motrices) cambió radicalmente a raíz de esta adaptación.
Todo comenzó hace aproximadamente ocho meses, cuando su psicólogo, el licenciando Carlos Batistessa, se puso en campaña para averiguar sobre la existencia de algún dispositivo electrónico que permitiese captar las señales oculares emitidas por Marcelo y traducirlas a una computadora.
Juan Rey, titular de la organización Hazmerreír y una de las impulsoras del proyecto para Marcelo, destacó que "él era consciente que iba a llegar un momento en el cual sólo iba a poder mover los ojos. Entonces de ahí surgió la necesidad y fue como su psicólogo empezó a moverse".
Relató que Batistessa se enteró de que expertos del Laboratorio de Componentes Electrónicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata, ya habían diseñado un sistema con el propósito de que tal emprendimiento fuese utilizado por personas cuadripléjicas. Así, fue de utilidad para una mujer que padecía esta enfermedad: simplemente a través de un soplido, el aparato traducía sus señales.
Estos especialistas adaptaron ese sistema inicial, al enterarse de la historia de Marcelo y tomando conciencia de que en su caso la comunicación se sustentaba únicamente a través de un código basado en el movimiento de sus ojos (código Teveo, del que incluso se editó un libro). 
El resultado de esa operación en equipo fue que mediante un simple guiño, él pueda establecer una comunicación fluida con aparatos electrónicos, llámese computadoras, teléfonos, alarmas, equipos de sonido, entre otros.
"Sus señales se dirigen a un aparato que, conectado por ejemplo, la computadora, capta y descifra sus deseos. Es que cuando se emite la señal en el lugar en el que él posa el cursor, se activa una función designada por el mismo. El orden de aparición de los signos como así también las operaciones que se realizan, tanto en una computadora como en otros aparatos, fue cuidadosamente seleccionado para facilitar su uso. Cuatro meses de arduo trabajo bastaron para que estuviera listo", reflexionó.
Rey, quien no sólo costea el hallazgo sino que promueve numerosos proyectos de bien común -tanto en universidades, escuelas públicas, como en otras organizaciones comunitarias- admite que "ahora Marcelo cuenta con un recurso más de vinculación con el medio" y que eso lo motiva para seguir viviendo.
"Mi fundación nació a raíz de un homenaje que le organicé a mi hijo fallecido, hace algunos años, junto a sus compañeros de la escuela de circo. A partir de esa gran convocatoria se fundó Hazmerreír. La verdad es que transferir el dolor a hacer beneficencia fue el gran acierto en mi vida y me satisface enormemente. Siento que si ayudo a la gente estoy ayudando a mi hijo", comentó Rey, conmovido.

Codo a codo

Entre otras cuestiones, destacó el compromiso de los ingenieros, quienes voluntariamente trabajaron codo a codo para adaptar el sistema a las necesidades de Marcelo.
"No alcanzan las palabras de reconocimiento para este equipo de ingenieros de la Universidad Nacional de Mar del Plata y de su decano Manuel González, creadores de este valiosísimo recurso, quienes en forma desinteresada y demostrando una inmensa capacidad humana y profesional, adaptaron y pusieron al servicio de él esta posibilidad, además de dejar reflejado el cumplimiento cabal de la función social de la universidad en el ámbito público", destacó el fundador de la organización.
Recalcó que su psicólogo también cumplió un rol fundamental para que se llegara a consolidar este hallazgo y que desde Hazmerreír se intenta hacer lo posible con la intención de colaborar no sólo con este joven biólogo, sino con otras tantas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
De cara al futuro, señaló que su intención es darle continuidad a estos proyectos conjuntos. "Hablaré con el decano de la Facultad para ponernos a sus órdenes y colmar alguna otra necesidad en lo que respecta a adelantos técnicos y científicos para mejorar su condición de trabajo. El proyecto no tiene límite y todo lo que se recaude redunda en beneficio de mayor cantidad de gente...", concluyó Rey.
Diario La Capital de Mar del Plata. Domingo 29 de Junio.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Una consulta, donde uno puede tratar de adquirir este tipo de adaptaciones tecnológicas.

Unknown dijo...

Hola, donde se puede contactar para acceder a estas adaptaciones???
Saludos